Introducción
Pretendemos exponer que la investigación de Marx sobre la reproducción social del capital, incluso en su forma básica (reproducción simple que no contempla la acumulación) constituye un buen punto de partida para examinar la crisis capitalista. Este desarrollo que realiza en el libro segundo de El Capital (cuyo subtítulo es Crítica de la Economía Política), concretamente en la sesión tercera, además da cuenta del movimiento cíclico del capital, superando con creces los planteamientos convencionales de la teoría económica.
Los ciclos y las crisis
La evidencia estadística muestra que la economía capitalista afronta tres tipos de crisis periódicas a lo largo de la historia económica capitalista: los ciclos cortos o de inventario (3-4 años), los ciclos medios o industriales (8-12 años) y los ciclos largos o de Kondratieff (30-50 años).
Cada uno suele relacionarse, aunque no se explica, con el ciclo de algún elemento del capital productivo: los primeros con las existencias (mercancías producidas), el segundo con la maquinaria y el tercero con los edificios e instalaciones.
Dentro de cada ciclo se observan básicamente dos etapas: la expansión (el valor sube) y la crisis (el valor baja). La tendencia del capital a expandirse (valorización, acumulación) está en su naturaleza y en eso están de acuerdo todos. Lo difícil es explicar la crisis.
Las interpretaciones convencionales
La teoría económica neoclásica niega la crisis por principio, porque supone que no se produce (oferta es igual a demanda) y si no lo es los precios actúan rápidamente para que lo sea. Sólo admite, por la vía de la evidencia (positivismo), las crisis que tienen que ver con factores externos (malas cosechas, catástrofes, guerras, estado, finanzas) al sistema productivo.
Por su parte, la teoría económica keynesiana plantea que la crisis viene por falta de demanda agregada, no concibe problemas de sobreproducción (solo de subconsumo). Veremos que la sobreproducción es una realidad capitalista.
Las teorías más novedosas sobre la economía observan que los problemas están en las expectativas y en la voluntad de los actores de la economía.
El capital fijo y su peculiaridad
El capital fijo está formado materialmente por los elementos más duraderos de los medios de producción; tipo maquinaria, instalaciones, edificios. Se trata de una parte del capital constante (no crea valor, solo transfiere el que tiene), cuya rotación es superior a la rotación del producto.
La peculiaridad de estos elementos es que transfieren su valor al producto de modo gradual a lo largo de su vida útil. Ésta depende de su desgaste físico-funcional o de su desgaste moral u obsolescencia tecnológica (queden anticuados por innovaciones técnicas).
El capital fijo porta una contradicción entre su valor de uso que dura a lo largo de diversos períodos y su valor que se va reduciendo trasladándose al producto, que se resuelve con su reposición tras haber ido guardando en forma dinero (fondo de amortización) el valor consumido.
El ciclo del capital fijo en el capital individual
Esta peculiaridad, o contradicción, es la responsable de imponer un carácter cíclico a la expresión contable de este elemento, que al trasladarse al valor de la producción determina su carácter cíclico.
Un ejemplo, pongamos una máquina o conjunto de máquinas en el caso de un capital individual. Mediante un desembolso inicial de cien unidades monetarias (um) es adquirida. De modo que en este período inicial la cuenta bancaria del capitalista tras registrar 100 pasa a 0. Supongámosla una vida útil de cuatro años.
En el primer ejercicio, la máquina traslada un cuarto de su valor al producto, que tras venderse permite apartar estos 25 para el fondo de amortización, que también es la cuenta bancaria del capitalista.
Al siguiente período, la máquina vuelve a transferir 25, y el fondo de amortización tendrá 50 y con él la cuenta.
En el tercer , nuevamente la maquinaria endosa 25 al producto, sumando 75 el fondo de amortización, que incluye a la cuenta bancaria.
Finalmente, en el ultimo , el cuarto, la máquina queda desechada, ha transferido 25 um que han pasado al fondo de amortización que totalizó 100 um con las que vuelve a comprar otra máquina, quedando la cuenta del capitalista de nuevo a cero.
Como se ve el bolsillo del capitalista (cuenta bancaria), en lo que tiene que ver con el movimiento de su capital fijo (sin atender a lo que ocurre con el resto de elementos del capital productivo) y sin tener en cuenta el adelanto inicial de 100 um, adquiere los siguientes valores, que se irán repitiendo: 0, 25, 50, 75, 0. Hay dos partes: 0 a 75 es la expansión, y 75 a 0 es la crisis.La siguiente tabla ilustra el movimiento de la cuenta bancaria en función del desembolso inicial y el fondo de amortización, ambos del capital fijo.
Otra manera de presentar el mismo resultado es la gráfica. Se observa que partiendo de cero (gasto en máquina) va aumentando (dotación del fondo de amortización) y con la nueva adquisición vuelve a bajar, iniciándose de nuevo el peculiar movimiento.
La reposición del capital fijo a nivel social
En lo que se refiere a la reproducción del capital social, o sea del conjunto de los capitales individuales, la cosa cambia.
Aunque, el movimiento del valor es similar, sin más que sumar los valores individuales para obtener las magnitudes sociales.
Ahora, por el lado del valor de uso, hay una diferencia crucial. En el capital individual suponíamos implícitamente que el capitalista encontraría la maquinaria deseada cuando se dirigiera al mercado. Pero, eso no es así cuando se trata de la reproducción social del capital. Aquí la maquinaria ha de ser producida en la cantidad que se la necesita y no vale suponer que eso ocurre, hay que dedicarle recursos suficientes para que ocurra en el plazo que se requiere.
Para verlo con mayor claridad, supongamos que toda la demanda de maquinaria se produce al unísono. En este caso se nos repetirá el movimiento que veíamos antes. Pero ¿qué ocurre con los productores de maquinaria? Durante un tiempo estarían produciendo, pero ante la falta de demanda (pues las máquinas se reponen cada cuatro años), no venderían (ejercicios 1, 2 y 3). Sólo al final de los cuatro años lograrían vender toda la maquinaria producida que es la que requeriría reponer el conjunto del capital.
De esta forma, lo que se presenta como un ciclo del valor de la producción se acompaña de sobreproducción en términos físicos (valores de uso) en el sector de los medios de trabajo (los que crean las máquinas).
Aspectos colaterales
Una serie de fenómenos pueden reducir el impacto del problema que plantea la reposición del capital fijo sobre el valor de la producción.
Entre estos fenomenos unos lo suavizan (no todo el capital fijo se renueva a la vez, hay tipos de capital fijo con vidas útiles diferentes, por ejemplo); otros trasladan la tension, o la reparten, con otras esferas: crédito, estado, comercio exterior, entre otros. Aquí un inciso: un estado capitalista con suficiente control sobre los capitales privados (pienso en China) puede dirigir planificadamente estos aspectos.
Además, hay que tener presente los problemas monetarios que origina el fondo de amortización, el efecto de la obsolescencia acelerada, o el chatarreo (la venta de maquinaria atrasada a capitales marginales), por no hablar de la tendencia a la centralización del capital (monopolios). En cualquier caso, todos estos fenómenos, entre otros, dan cuenta de la complejidad de una investigación concreta, pero no deben nublarnos al punto de olvidar la determinación que impone la reposición del capital fijo al ciclo del capital.
Conclusión
En general, la teoría económica se resiste a reconocer la crisis en la economía y le cuesta explicarla. Por nuestra parte, de manera sucinta hemos expuesto, siguiendo a Marx y a su Crítica de la Economía Política, que la crisis:
- no es una casualidad sino que obedece a una causalidad;
- la causa de la crisis no es algo externo al capital sino que tiene que ver con una parte del capital, el capital fijo;
- este aspecto no tiene que ver con las expectativas, percepciones o voluntades de los capitalistas, sino con la materialidad del proceso de producción;
- y que, paradójicamente, la crisis capitalista viene acompañada de sobreproducción.
Aún más, los factores que suavizan o trasladan sus efectos, no solo no anulan la contradicción del capital fijo y su efecto sobre el ciclo del capital social, sino que nos alerta sobre la perspectiva general de la crisis.