A Juan de Barrios Hartos y a Jose Luis de Los Lunes al Sol
¿La salud antes que el negocio?
El día 3 de diciembre de 2025, el diario El País, y tras ellos, la Cadena Ser (ambos de la empresa mediática Prisa), denunció en portada unos audios, donde un directivo de una empresa sanitaria privada hace un llamado a mejorar la cuenta de resultados. No se queda en la arenga empresarial, sino que ilustra sugiriendo engordar las listas de espera, recordándoles que ya una vez las adelgazaron, tratándose ahora de revertir el proceso.
Rápidamente la mayor parte de medios, instituciones y políticos, por no hablar de personas de a pie, absolutamente todos, se han llevado las manos a la cabeza.
A uno le gusta pensar que la sociedad se ha puesto de acuerdo en poner la sanidad, la salud, por delante del negocio. Lo que se dijo en la Pandemia. Pero, ya no me lo creo. Así que os cuento como lo veo.
Actividad económica y beneficio privado
Un gerente le explica a su plantilla que la empresa necesita ganar más dinero, y la orienta para llevarlo a cabo. Les convence de que es posible y les ilustra sobre cómo se hace. Hasta aquí todo normal. Es lo que hace cualquier gerente de empresa privada. Es más, el consejo de administración (propietarios) le contrata para ello. ¿Cuál es el problema?
No digo todos, pero buena parte de los sorprendidos, incluyendo al medio de comunicación denunciante, saben que las empresas privadas, se dediquen a lo que sea, tienen como objetivo ganar dinero, y cuanto más mejor. Más aún, saben o deberían saber, que es la única manera de sobrevivir en la competencia capitalista, en este caso, en torno al negocio de la sanidad.
Beneficio privado e ideología
Sí, eso, el problema es que juegan con nuestra salud, por eso nos llevamos las manos a la cabeza.
Pero, la prevalencia del beneficio monetario no solo es en la sanidad, también del negocio de la educación, de las residencias de ancianos, de las soluciones habitacionales ante desahucios, o las armas, el juego de azar, … y podríamos seguir hasta recorrer todas las ramas de la economía de un país. Todas en mayor o menor medida, de manera directa o indirecta, tienen que ver con el interés de la sociedad. Y en todas, porque es la esencia del capitalismo, el valor de uso es el medio para la valorización del valor.
Esta necesidad del beneficio privado, inmanente al capitalismo, es la base material de la ideología que lo justifica.
Ideología del interés particular e hipocresía
No se trata de la ideología de una persona, ni si quiera de una empresa o sector, se trata de la ideología general, que acompaña o justifica determinados intereses materiales.
Cuando se admite y naturaliza que el beneficio privado es lo que regule la actividad económica (lo que da beneficios se hace y lo que no se queda sin hacer) justificamos las decisiones y comportamientos que conducen a él: privatizaciones, cierres empresariales, reducciones de plantillas, externalizaciones, segregaciones, y toda la amplia ingeniería empresarial que realizan ese principio fundamental del capitalismo que es la obtención del beneficio monetario.
Así que sí, me parece hipócrita rasgarse las vestiduras por un caso que es una expresión de la norma rectora del funcionamiento de la sociedad, el capital. Pero, qué hacer.
Regular y el caso de Palmete
Resulta lógico plantearse regular la actividad económica; como herramienta para que prevalezca el bien público si choca con el interés privado de una empresa.
Existen ejemplos de como el beneficio privado termina abriéndose paso en la maraña de leyes y trámites: murieron ancianos en las residencias por falta de atención médica, vendieron mascarillas a precio de oro mientras morían personas carentes de ellas, personas enfermas trabajan por decisión de las mutuas, factorías producen instrumentos de muerte.
O la vivienda, como el caso de la calle Verdad, del barrio sevillano de Palmete, en la que la nueva Ley de Vivienda y otras muchas similares se han mostrado impotentes. Once familias, con niños incluidos, han sido señaladas para desahucio en febrero; será ejecutado por las fuerzas y cuerpos de seguridad, por encargo de un juez, a petición de un banco para mayor enriquecimiento de un fondo buitre. Todo ello denunciado por la plataforma Barrios Hartos, y ante lo que la sociedad en general, los medios de comunicación y las instituciones (ayuntamiento, junta de andalucia o gobierno central) veremos si mueven un dedo.
La ideología y la práctica social
Volviendo a la práctica médica, la ideología que la dirige y su fundamento material.
Es frecuente que pacientes de la sanidad pública con póliza privada se topen con un médico que, interviniendo en los dos ámbitos, le aconsejen operarse en la privada para evitar la lista de espera. En este caso, ganan el paciente, el médico y la sanidad privada.
También se da lo contrario, el médico de la privada que te aconseja el tratamiento público basándose en que cuentan con más medios; el paciente agradece la sinceridad aparentemente desinteresada del profesional. Suelen coincidir con tratamientos costosos que a las empresas privadas les suponen menos rentabilidad. Así que no sería de extrañar que sean los propios gerentes de las privadas, espoleados por los consejos de administracion, los que animen al mencionado “ejercicio” de ética profesional entre su plantilla.
El beneficio monetario es el fundamento de la ideología del interés privado. El problema es que, de una u otra manera, todos estamos sometidos a ella. Entonces, qué hacer.
Conclusión
Entre tanto cambiamos la relación social que organiza el funcionamiento de la sociedad capitalista, solo nos queda prepararnos (crear las condiciones que lo hagan posible) y, como paso previo, tomar conciencia de nuestra contradicción (producimos nuestras cadenas) para lo que necesitamos conocer.
Aunque solo sea por “quítate tú para ponerme yo”, o sea la vieja estratagema de la competencia capitalista ávida por monopolizar el negocio de la sanidad privada, este escándalo nos recuerda, en toda su crudeza, la ley absoluta del modo de producción capitalista, la producción del plusvalor (Marx); también la contradicción entre el bien social (valor de uso) y el interés privado (plusvalor), expresión de esa otra descubierta -de nuevo por Marx- la socialización del trabajo privado. Ahora, de nuevo, la pregunta es qué vamos a hacer con esto, nosotros, la ciudadanía, la clase obrera: seguimos rumiando nuestra desdicha, miramos hacia otro lado hasta que nos toque, o nos conjuramos para expropiar a los expropiadores (Marx dixit).
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