domingo, 28 de abril de 2024

Marx, el lawfare y la lucha de clases

Una respuesta aclaratoria al compañero Torrijos (https://www.eldiario.es/andalucia/en-abierto/lawfare-contado-alguien-sufrio_132_11321326.html)

El lawfare, el uso partidario de la justicia (jueces), la jauría mediática, la caverna judicial, las cloacas policiales, y otros tipos de ataques a políticos, sindicalistas y activistas en general, que la clase capitalista señala como enemigos, no es un fenómeno nuevo. Acompaña a la lucha de clases desde sus comienzos.

Sin ir más lejos, el asesinato de los mártires de Chicago que está en el origen del Primero de Mayo como día internacional de la Lucha de la Clase Obrera, es un ejemplo.

Pero, incluso antes. En el capítulo 8 de El Capital de Karl Marx, donde este expone con gran detalle histórico la lucha de la clase obrera contra la hambruna de plusvalor que padece la clase capitalista. Mostrando cómo ésta, primero para prolongar la jornada laboral y después reaccionando a la limitación y acortamiento del tiempo de trabajo, recurre a diversos mecanismos que no tienen que envidiar a los fenómenos actuales a que nos referimos. Así en aquellos entonces aparecen campañas de capitalistas, reducciones salariales, despidos, promoción de disidentes y esquiroles, acusaciones a inspectores de trabajo que denuncian los abusos empresariales, represión y cárcel para líderes, triquiñuelas legales, jueces locales de parte, leyes sin dotación presupuestaria, entre otros escerceos antiobreros.

Y es que todas esas argucias de la clase capitalista son las formas concretas de la lucha de clases. Puede parecer una obviedad, pero se dice poco, y no llamar a las cosas por su nombre ayuda poco a esclarecer la situación. Lo concreto real siempre tiene determinaciones que sobrepasan cualquier representación mental, por eso la dialéctica es mas potente que el método científico. Las formas actuales presentan aspectos distintivos, pero no cambian el carácter; porque las formas con ser importantes no dejan de ser formas y mientras subsista el contenido, éste termina expresándose. Y el contenido, respecto de los fenómenos que hablamos, las distintas modalidades de la represión y el ataque en defensa de la clase capitalista, y en contra de la clase obrera, es la lucha de clases. 

Es más ni si quiera la modalidad antidemocrática, burda, violenta o brutal de las clases dominantes, son una novedad, y menos en España donde experimentamos el golpe nacional-católico a la segunda república, una guerra civil de dos años, la criminal represión posbélica y una dictadura fascista de cuarenta años.

Sin embargo, algo nuevo estamos viviendo, y no solo en España. 

La clase capitalista reacciona a buena parte de los avances ciudadanos, cuyo origen es el desarrollo de la relación de solidaridad que se erige sobre la compraventa de la fuerza de trabajo, con el retroceso de derechos y la involucion, a veces disfrazados por el discurso de la libertad-carajo o de la cervecita en los bares; así como de la noticia y el periodismo basados en la mentira y que por burdo que sea van con ello; o de la justicia que admite a tramite lo que no tiene veracidad, filtra titulares y se pega años alimentando el desprestigio y el escarnio públicos. Qué momento , y qué características reviste, el desarrollo del capitalismo, cuya clase representante necesita para sostenerse recurrir, no ya a las formas violentas y brutales, sino a las formas que no son formas: la mentira, el negacionismo, la involución, el odio al diferente (alterfobia), el populismo… Esto nos pone en frente de una clase capitalista que ya no está capacitada para representar, de forma pacífica, su propia relación social general (el capital), o sea una clase que no está en condiciones de dirigir la sociedad, y se resiste a dar el testigo.

Por ello, A. R. Torrijos tienes razón, hoy toca defender el capitalismo bajo sus formas democráticas -mucho menos lesivo que el capitalismo no democrático-. En mi opinión, es la forma de luchar, hoy por hoy, por el socialismo.

En lo que no estoy de acuerdo es en dar un cheque en blanco, necesitamos garantías de que luchamos para avanzar en la democratización de las estructuras que están permitiendo la reacción antidemocrática capitalista: periodistas y medios de comunicación que mienten impunemente bajo el paraguas de la libertad de prensa; jueces y policías que actúan sin rendir cuentas de actos que perjudican claramente y lesionan; leyes que atacan la libertad de expresión de quienes ponen en cuestión a la monarquía (a la familia real no se la puede calificar) pero no al gobierno (a los políticos se les puede insultar hasta el aburrimiento), entre otros. 

Pues sí, compañero Torrijos, llevas razón; y todo lo que cuentas se llama lucha de clases. Hoy nos toca defender el capitalismo “democrático”, y si en el camino cae la clase capitalista no nos agachemos a recogerla.

En Sevilla a 28/4/2024, por Pedro Andrés González Ruiz

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