martes, 8 de octubre de 2024

Apuntes sobre el método (VIII)

El conocimiento lógico y el capital

Llegados a este punto, en la entrada anterior sostuvimos que el conocimiento lógico está imposibilitado para tener un carácter objetivo y termina conduciendo al subjetivismo, es justo preguntarse, por qué el capital lo adopta como la forma general del conocimiento.

Más aún, el capitalismo es un modo social de producción que descansa en el incremento de la capacidad productiva, en la revolución de las condiciones de producción como medio para aumentar la producción de plusvalía relativa. Teniendo en cuenta que esta revolución de las condiciones materiales de la producción pasa por el desarrollo de la investigación y la ciencia, hemos de detenernos en por qué el capitalismo se conforma con una forma de conocimiento, la representación lógico-formal, que es menos potente para operar sobre lo concreto que otros como pueda ser la representación lógico-dialéctica o la reproducción en el pensamiento de lo concreto, que veremos posteriormente.

La primera razón es que, hasta ahora, el conocimiento lógico-formal ha sido suficiente para desarrollar las fuerzas productivas que ha requerido el capital. O sea, aun al nivel de las apariencias, este conocimiento permite medir cada vez con mayor precisión el movimiento aunque no sepa explicar tal movimiento. Y ello porque transforma cualitativamente al objeto operando sobre su determinación cuantitativa.

Pero, ciertamente, un conocimiento que no solo se quedara en la apariencia (forma) y contemplara la esencia (contenido) de la realidad explicaría el movimiento y le daría aún más potencia transformadora a la acción. Sin embargo, un tal conocimiento,, pondría en evidencia la dualidad forma-contenido de la realidad y fundamentaría el movimiento interno de la realidad, y con ello fundamentaría la superación del capitalismo. Esta razón ideológica tiene mucho peso.

Dos razones más que no desarrollaremos para no extendernos son las siguientes que tienen que ver más directamente con el proceso de producción del conocimiento. Por un lado, la división de tareas entre científicos prácticos y teóricos, las contradicciones de orden lógico son muy manifiestas al nivel de la teoría, pero esas discusiones apenas llegan a la aplicación práctica de la ciencia. Por otro lado, la división entre ciencias naturales y sociales, y dentro de cada una de estas en un sinfín de ramas del conocimiento cuyo sentido está lejos de haberse explicado, y si que es una barrera para el desarrollo de un unico conocimiento objetivo, la natural del hombre al decir de Marx (Manuscritos de 1844).

El capital necesita una ideología revestida de ciencia; un conocimiento “objetivo” que se presente como una interpretación de la realidad, interpretación que brota de la subjetividad vinculada a la abstracta libertad cuya base es la naturaleza individual humana. Y esto lo proporciona la lógica formal. De lo que se trata es de negar la posibilidad de organizar el proceso de vida social sobre la base de una conciencia objetiva, que es lo que proporciona la dialéctica materialista.

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